La hipocalcemia o paresia puerperal (fiebre de leche), es una enfermedad metabólica que se presenta principalmente en vacas altas productoras de leche durante el tercer parto en adelante y comúnmente entre 24 horas preparto y 72 horas posparto. La hipocalcemia se genera por un desequilibrio entre la demanda de Ca+ para formar calostro y leche, así como, por su disponibilidad limitada en el tracto gastrointestinal y sistema óseo. Una vaca que produce 10 kg de calostro a una concentración de 2.3 g de Ca+ por kilogramo, excreta 23 g de Ca+ en un ordeño. El Ca+ perdido de la reserva plasmática se reemplaza mediante el Ca+ proveniente de absorción intestinal y resorción ósea. La hipocalcemia causa debilidad muscular generalizada y favorece el desarrollo patologías tales como el desplazamiento de abomaso, disminución del consumo y digestión del alimento, postración, cetosis, retención de placenta, metritis, retraso en la involución uterina, menor eficiencia reproductiva, menor tono en el esfínter del pezón, mastitis y reducción en la producción de leche.

Por su manifestación, la hipocalcemia se clasifica en subclínica y clínica. La subclínica se caracteriza por una reducción de los niveles de calcio y normalmente se encuentra acompañado por una reducción en el fósforo (P) y el magnesio (Mg). En la hipocalcemia subclínica se presenta la fase I, donde la vaca se encuentra de pie pero con equilibrio dificultoso, presenta tambaleo, poco control muscular, temperatura normal o fiebre, también se puede observar indigestión, flacidez rectal, no defeca, presenta distocia y retención de membranas fetales. La forma clínica, afecta entre el 5% y el 15% del total de las vacas altas productoras de leche y se caracteriza por la presencia de anorexia, fiebre, debilidad muscular generalizada, postración y muerte. El nivel de calcio en sangre normalmente se encuentra por debajo de 5 mg/100 mL de sangre. En la fase II la vaca se encuentra postrada con musculatura estriada flácida, sin reflejo palpebral y con la cabeza hacia el flanco o cuello en “S”, sus extremidades están frías, hay depresión progresiva y temperatura subnormal (Cuadro 1). La Fase III se caracteriza por que la vaca está postrada con estado comatoso pudiendo llegar a la muerte (Cuadro 1).

Cuadro 1. Valores promedio de minerales en vacas sanas y en diferentes fases de mastitis (Clínica y Subclínica).

El requerimiento diario de calcio es de 10 g por vaca y aumenta esta cantidad de 20 a 40 g en vacas en producción láctea. En condiciones normales de salud, las vacas absorben el calcio y el fósforo en el intestino delgado en forma ionizada mediante transporte activo y pasivo. Su metabolismo se encuentra regulada por la Parathormona (PTH), la Tirocalcitonina (TCT) y el Calcitrol (la 1, 25 dihidroxivitamina D), las cuales intervienen directamente en la actividad del hueso y riñón. El Calcitrol también presenta un efecto directo en intestino. Cuando existe un bajo nivel de calcio en sangre, la glándula paratiroides secreta la Paratohormona (PTH) que estimula a las células de la pared intestinal y a los osteoclastos del hueso a liberar calcio al torrente sanguíneo. El calcio induce al riñón a producir la 1, 25 dihidroxivitamina D que a su vez estimula al intestino, al hueso y al riñón a mantener los niveles necesarios de calcio en sangre. Este mecanismo es muy eficiente pero se bloquea cuando se incrementa el sodio y el potasio sanguíneo y el pH se convierten en alcalino. El pH alcalino bloquea la ionización del calcio sanguíneo que está ligado a las proteínas y la precipitación de las sales de calcio y fósforo ocasionando que los huesos y riñones no respondan a la Paratohormona y se mantenga inactiva la 1, 25 dihidroxivitamina D. Por ello es necesario administrar calcio vía endovenosa o intramuscular para activar a la 1, 25 dihidroxivitamina D que estimula a las células intestinales y a los osteoclastos a liberar el calcio al torrente sanguíneo y provoca que el glomérulo aumente la reabsorción de calcio activándose nuevamente el sistema y restableciéndose el equilibrio ácido-básico, las funciones metabólicas y neuromusculares, etc.

El tratamiento profiláctico está encaminado a incrementar la movilización del calcio en huesos y fomentar la absorción intestinal en base en las siguientes medidas: a) Administrar dietas bajas en calcio (dietas ácidas). b) Administrar por vía oral o parenteral vitamina D. c) Administrar sales de calcio de fácil absorción. Para el tratamiento de Hipocalcemia se sugiere emplear los siguientes productos y el protocolo que se presenta en el Cuadro 2.

Productos recomendados en el manejo de la Hipocalcemia

Calciosol Forte®: contiene Gluconato de Calcio en alta concentración (53.65%) y Fosfato dibásico de Sodio, para la prevención y tratamiento de afecciones relacionadas con las deficiencias de calcio y fósforo.

Calciosol® con Fijador y Dextrosa: es una combinación de Gluconato, Levulinato y Destrosacarato de Calcio, calciferol y dextrosa de rápida absorción y efecto inmediato que estimula las funciones metabólicas, neuromusculares y equilibrio ácido – básico para la prevención y tratamiento de hipocalcemias en bovinos.

Aminofoscal® vitaminado: contiene gluconato de calcio al 24%, adicionado con fósforo, magnesio, vitaminas del complejo B, dextrosa y aminoácidos.

Vitabecid®: participa en el metabolismo y generación de energía para la pronta recuperación de animales enfermos.

Seba® ADE: multivitamínico que participa en procesos metabólicos, nutricionales y mejora la resistencia de los bovinos a enfermedades durante los procesos de estrés.

Solución DX® 50%: es una solución hipertónica que contiene glucosa en alta concentración. Se emplea como energético en estados hipoglucémicos, fiebre de leche, estados febriles, desnutrición, caquexia, acidosis, cetosis, choque y debilidad, en bovinos.

Cuadro 2. Protocolo para tratamiento de hipocalcemia en vacas en producción láctea de acuerdo a la fase de enfermedad que presentan.

 

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